Bandas de Bronces serán estudiadas por proyecto Fondecyt UTA

“Hoy en día las bandas de bronces se han transformado en la expresión sonora más importante del norte de Chile”, contó Franco Daponte, PhD en Musicología e investigador de la Universidad de Tarapacá (UTA), quien se adjudicó un proyecto Fondecyt de Postdoctorado que será parte de la puesta en valor patrimonial musical de Arica y Parinacota.

A través de un estudio de los tópicos sonoros, repertorios musicales y su desarrollo en el norte de Chile, se profundizará y dará continuidad a las diversas investigaciones multidisciplinarias del departamento de Ciencias Históricas y Geográficas de la UTA que se han realizado respecto de expresiones culturales de la zona andina, convirtiendo así la escena melómana de la región protagonista de la inspiración científica.

“A pesar que se han hecho algunas investigaciones con enfoques etnohistóricos, sociales y antropológicos de estas agrupaciones, aún no se han realizado estudios etnomusicológicos que divulguen el cómo y porqué el hombres y mujeres del desierto chileno hacen música. En lo práctico haremos análisis que determinen las características musicales de los distintos géneros que se interpretan en la fiestas populares y religiosas y cómo ha sido su proceso sociohistórico; determinaremos cuáles son los procedimientos creativos que actualmente tienen los compositores para elaborar un salto de diablada, un caporal o una cumbia, etc.; cómo trabajaron los maestros de música en los inicios de las bandas de bronces en las filarmónicas salitreras y cómo lo hacen en la actualidad los directores de las bandas más reconocidas; qué diferencias sonoras y musicales tienen las bandas urbanas citadinas con las bandas de pueblos precordilleranos”, precisó Daponte.

En los próximos tres años profundizará en cuatro ejes: idas a terreno; análisis de archivos; elaboración de informes y divulgación científica, que según el investigador, quien ha estado trabajando desde el 2017 en esta materia, “este proyecto viene a vigorizar la línea musicológica de la UTA”, donde también se considera conversatorios y talleres con las comunidades relacionadas con las bandas de bronces; se revisará el repertorio histórico a través de partituras escritas durante la primera mitad del siglo XX y como éste se ha desarrollado hasta la actualidad, identificando aspectos esenciales que tipifican a cada género musical, así como también las características estéticas del sonido, aquel que les otorga aquella particular identidad a las bandas del desierto chileno.

La importancia de este proyecto

“Me encantaría tocar en La Tirana de nuevo, lo hice por última vez hace dos años, en la última fiesta que hubo, pero está complicado con este bicho (Covid 19), ya que se ha suspendido todo, entonces ahora hay poca pega para nosotros los músicos, porque ya no hay fiestas. De los viejos quedamos como dos nomás, ahora los que más trabajo tienen son los jóvenes, porque hay harto funeral, entonces los llaman”, son las impresiones de Juan Henríquez, emblemático trompetista de la Banda de Bronce de ‘la histórica’ Los Tigres, quien bordea los 80 años y reconoció que desde hace más de 50 años, gastó los mejores años de su vida tocando con diferentes músicos en Arica e Iquique, quien también fue parte del Orfeón Municipal por más de 20 años, junto al emblemático Tito Watson.

Además, asegura que es un sector cultural que está con mucha incertidumbre respecto de la continuidad de esta tradición musical, por lo anterior valora que la Universidad de Tarapacá esté apoyando este tipo de investigaciones científicas que podrían entregar un legado importante a la región, puesto que hay muy poco registro y música escrita, a pesar que hay mucho material vivo todavía.

El director de Investigación, Postgrados y Transferencia Tecnológica de la Universidad de Tarapacá, el Dr. Rodrigo Ferrer Urbina, expresó gran orgullo por los proyectos Fondecyt adjudicados este 2022, que consagra a la casa universitaria con la mayor cantidad de iniciativas obtenidas en todo el norte de Chile. “Como Universidad estamos realmente muy contentos con los resultados, ya que hemos liderado de Santiago al norte, adjudicándonos 10 Fondecyt regulares, 6 Fondecyt de iniciación, 2 Fondecyt Postdoctorales y 4 proyectos de Inserción en la Academia, y con esto, además, de ir posicionándonos como una de las mejores universidades regionales, nos permite contribuir al desarrollo local poniendo la ciencia al servicio de la comunidad, contribuyendo a las necesidades productivas y culturales de la región, desde la más rigurosa investigación científica”.

El nexo de Eduardo Cavieres Figueroa (Q.E.P.D.) con la Universidad de Tarapacá, el extremo norte de Chile y la integración transfronteriza Chile-Perú y Bolivia

Desde mediados del año 2000, el Dr. Eduardo Cavieres Figueroa (Q.E.P.D.) fue visitante constante del extremo norte de Chile, su relación comenzó a darse a partir del vínculo académico con el Departamento de Ciencias Históricas y Geográficas de la Universidad de Tarapacá (Arica), con quienes colaboró abriendo espacios de discusión e investigación en temas regionales, transfronterizos y educativos, contribuyendo también en la implementación de programas de postgrado.

Dentro de sus intereses académicos fue ser un gran promotor de la integración peruana-chilena-boliviana donde la educación y la escuela debían jugar un rol fundamental. Por otro lado, sus reflexiones acerca de Arica, y su pasado histórico en el extremo geográfico y regional en el norte de Chile, fueron entrelazadas con abordajes teóricos y metodológicos dentro del campo de estudio de la Historia Regional.

La educación: Arica en el mundo globalizado

El Dr. Cavieres, sostenía que Arica como región extrema se había hecho cargo de su condición histórica nacional, y respondiendo a ello, poseía una responsabilidad y un destino que cumplir. De la misma manera, la región y su gente habían sabido sintetizar adecuadamente su pasado con las necesidades presentes y del futuro. Pero dentro del mundo global ¿podría seguir desempeñando su papel histórico regional y nacional acentuando su situación de región extrema y sin políticas públicas nacionales armonizadas con las necesidades locales? El Dr. Cavieres en busca de una respuesta a esta disyuntiva, encontraba en la educación una solución; poniendo en relieve el papel del habitante como ciudadano, constructivo e integrado al siglo XXI. Desde su perspectiva el ciudadano de la región norteña chilena y del espacio fronterizo, debía crecer integrado en una región construida sobre un pasado bélico superando dicho trauma original. De allí entonces, que la educación era una voz de integración y de la formación de una cultura de la paz. Aquí eran claves la relación escolaridad, democracia, ciudadanía e integración.

La historia y la historiografía también tenían responsabilidad en alcanzar los fines anteriores, lo que Cavieres manifestó en forma reiterada; reflejando este sentir en una serie publicaciones, siendo uno de sus últimos aportes, el libro “Voces de Integración. Chile-Perú. Sonidos desde Universidades Regionales” (Universidad de Tarapacá, 2020), reflejando con ello su vigencia y permanente trabajo en torno a los roles que debían a cumplir las Universidades Regionales en materia de integración.

El papel de Arica como extremo geográfico y regional en el Norte de Chile

Para el Dr. Cavieres Arica y Parinacota como región extrema poseía el problema nacional de ser permanentemente observada y adminstrada desde el centro, exigiendo solidaridad con el Estado Central, este último ajeno y poco entendedor de la vida fronteriza y extrema, desvalorizándola. En su desarrollo histórico Arica había construido una cultura propia y un modo de ser peculiar. En sus palabras, se sentía defensora de parte importante de la historia nacional, pero a la vez, debía construir relaciones de futuro con la ciudad vecina y hermana por naturaleza (Tacna). Arica debía ser grande, con sentido de patria en términos virtuosos, pero al mismo tiempo desempeñar el rol que le corresponde dentro del espacio que ocupa. Estaba determinada por la historia y por ello debe estar permanentemente jugando un rol histórico. En la misma dirección, afirmaba que las nuevas construcciones del presente buscaban establecer variadas pertenencias que se desplazan entre las identidades nacionales e identidades cada vez más globalizadas. En sus reflexiones, dejaba ver además el profundo nexo histórico entre ambas ciudades: Decía, podemos, al mismo tiempo, ser chilenos y ser buenos vecinos con Tacna. No hay mejor espacio que enseñe el cómo lograr integración económica, social y cultural amplia y permanente. Tal como sucede con Tacna, se les exige más de lo que se les entrega.

Sus análisis de la situación de las ciudades de Arica y Tacna eran motivo oportuno para introducir sus interesantes reflexiones sobre la región y otras conceptualizaciones. Afirmaba que depende de cómo la pensemos, para que exista, la región debe tener una identidad; si no la tiene, simplemente no existe. Cada región tiene su centro, y, en este caso, el centro es la ciudad de Arica. Por ello, es muy importante la necesidad de re-conceptuar continuamente el término región, también el término regionalismo, ya que suele suceder que lo que hemos venido definiendo como regionalismos resultaban a veces ser nacionalismos, situación sobre lo cual tenemos muchos ejemplos. Muy didáctico en sus afirmaciones, la realidad europea en forma reiterada le servía como recurso para ejemplificar sus ideas. En uno de sus escritos afirmaba que teníamos una Bélgica muy dividida, tenemos una España con problemas que no ha podido ser superados, tenemos todavía una situación incierta en el Medio Este europeo, en donde las relaciones entre región y nación, no Estado, región-nación, no han estado bien definidas y crean conflictos innecesarios en uno u otro sentido.

Para Cavieres, le correspondía a la historiografía levantar cuestiones teóricas y preguntas que contribuyeran a conformar un buen relato histórico sobre el cómo Arica ha sobrellevado la doble condición de ser frontera y periferia.

Institucionalmente Eduardo Cavieres a partir del año 2013 comenzó a colaborar con la Universidad de Tarapacá, desde la experticia de sus trabajos respecto de la integración de Chile con sus países vecinos a partir de jornadas en pro de la integración en donde participaron académicos, investigadores, profesores de historia que realizaban su desempeño en colegios de Arica y Tacna, estudiantes chilenos y peruanos de enseñanza básica y media, recogiendo las percepciones de la historia.

Participó en la implementación del programa de Magíster en Historia en la Universidad de Tarapacá (2015) siendo Profesor Colaborador en su primera versión, programa que en la actualidad posee una madurez sistemática abriendo el paso para el programa de Doctorado en Historia, recientemente acreditado.

El legado del Dr. Eduardo Cavieres Figueroa en regiones es importante, muchos historiadores con perspectiva regional sienten su partida. El Norte Grande no es ajeno a este sentir.

Autores: Dr. Elías Pizarro Pizarro y Dr. Alfonso Díaz Aguad.
Universidad de Tarapacá.